Tu poder mental un tesoro: Protégelo
El poder mental reside en el cerebro y este, como cualquier otro órgano de nuestro cuerpo, exige cuidados para que no se deteriore. Con el agravante de que es el verdadero “centro de operaciones” del pensamiento y que, a su vez, el pensamiento tiene influencia sobre todo el cuerpo. Así que cuidar el cerebro es también preservar la salud física y mental.
Pese a que el cerebro es el órgano fundamental, en realidad la ciencia conoce muy poco sobre él. Sin embargo, ya se ha acopiado suficiente información como para precisar algunas de esas acciones que ayudan a preservar este órgano y, con ello, tu poder mental. Enseguida te hablamos de 6 actividades para cuidar el mayor tesoro de tu cuerpo.
Para conservar tu poder mental, cuida los oídos
Se ha comprobado que la audición está estrechamente relacionada con las habilidades mentales. Una investigación llevada a cabo en el Reino Unido pudo establecer que la pérdida de la audición dispara un proceso de disminución de la materia gris en el cerebro. Esto se traduce en una reducción de las capacidades cognitivas.
Así que cuidar los oídos es también proteger la capacidad mental. Debes saber que tan solo 15 segundos de una música estridente a todo volumen puede causarte daños auditivos. También el uso de un secador de pelo por 15 minutos al día, afecta unas células pequeñas que contribuyen a la captura de sonidos.
Confía en tus propias habilidades
A todos nos ha pasado: entramos a una habitación y nos quedamos en blanco: el motivo por el que hemos llegado hasta allí desaparece de nuestra conciencia; o, de pronto, olvidamos una tarea importante, o no cae de la punta de la lengua la palabra adecuada. Esto puede suceder a cualquier edad y por diversas razones. Lo malo es que muchos comienzan a ver estos síntomas como un aviso de que su poder mental se está deteriorando.
Es así como varias personas comienzan a adoptar “muletas” o “ayudas” para esta supuesta deficiencia. Llevan consigo una libreta en donde anotan todo para no olvidarlo o evitan exponerse a situaciones que pongan a prueba sus habilidades cognitivas. Todo esto, en lugar de ayudar, puede perjudicarte. Lo mejor siempre es exigirte, confiar en lo que tienes y, si es del caso, hacer ejercicios de memoria para mejorar esta función.
Cuida tu alimentación y tu peso
Las grasas y los azúcares son enemigos de tu capacidad mental. Las primeras porque incrementan el nivel de colesterol y, con ello, el flujo de sangre al cerebro. Los segundos porque pueden alterar la producción de insulina y contribuir a la formación de peligrosas placas en el cerebro. Adicionalmente, la obesidad en sí misma ralentiza todas las funciones del cuerpo.
No se trata de que te obsesiones con la llamada “alimentación sana”. Es bueno que te des algunos gustos de vez en cuando, pero la idea es que en general mantengas una dieta baja en azúcares y grasas. En un estudio llevado a cabo en los Estados Unidos se estableció que una persona con dieta mediterránea tiene un poder mental equivalente al de alguien 7 años más joven.
Socializar: una clave para preservar el poder mental
Las personas que se mantienen activas socialmente tienen un 70% menos de probabilidades de sufrir deterioro cognitivo. Esto se debe a que los seres humanos somos sociables por naturaleza y todo el tiempo necesitamos de los demás para que nos estimulen, nos reten, nos obliguen a ver otros puntos de vista o a sortear las vicisitudes de las relaciones humanas.
Así que, si quieres proteger y conservar tu poder mental, nada mejor que abrir espacios de conversación con otros, ir a una fiesta cada vez que sea posible y no aislarte. Esto, además de ser una vía para cuidar tu cerebro, también es fuente de satisfacción.
Convierte el ejercicio diario en un hábito
Podríamos llenar un libro entero solamente con la lista de los beneficios que el ejercicio tiene para la salud. En verdad, son innumerables. No se trata de que te conviertas en un deportista de alto rendimiento, mucho menos de la noche a la mañana. Lo importante es que adoptes una rutina de ejercicio físico y la mantengas día tras día.
El ejercicio físico mejora tu estado de ánimo, te permite oxigenar todo tu cuerpo y es uno de los grandes alimentos para tu cerebro. Es un hecho que la actividad física incrementa las capacidades cognitivas: los niños que van a la escuela a pie sacan mejores calificaciones. Los adultos mayores que dan un paseo diario sufren más lentamente las consecuencias del paso de los años. Puedes comenzar con una rutina suave y luego exigirte cada vez un poco más.