Estar con alguien y sentirse solo…
Ciertamente hay muchas maneras de sentirnos solos, pero una de las que genera mayor vacío es estar acompañado y sentir esa sensación de desolación. Muchas veces ese estado no tiene mucho que ver con la persona con la cual estemos, sino con nosotros mismos, que no somos receptivos ante la presencia del otro y algunas veces nuestro estado interno prevalece a esa realidad de estar con alguien.
También es cierto que ciertas personas no resultan buenas compañías, nos hacen sentirnos mal, nos desequilibran, hacen pesado el ambiente y en definitiva hacen que la soledad sea mejor compañía en comparación a su presencia. Personas con las que no podemos hablar, con las que no contamos, las que siempre tienen una respuesta negativa o una mala cara… que inclusive no nos hacen sentir solos, sino en definitiva mal acompañados.
Muchas veces preferimos esos estados de incomodidad a una relación con nosotros mismos que nos lleve a la paz, al autoconocimiento. Pero lo cierto es que como diría el autor Walter Risso:
“La soledad impuesta es desolación, la soledad elegida es liberación”.
Cuando nos encontramos en una soledad impuesta, bien sea porque efectivamente estemos solos sin quererlo o porque con quien estamos sencillamente está más cerca de ser un adorno que una compañía, nos sentimos en conflicto.
Debemos ante todo verificar qué es lo que efectivamente nos está haciendo sentir de una manera particular, ver si efectivamente debemos resolver algunos conflictos internos que nos generan una especie de vacío que nos cuesta llenar, si estamos dejando de apreciar lo que nos rodea, si estamos en un estado de depresión o de ansiedad, cualquier irregularidad que nos aleje de nuestro bienestar debe ser analizada. A veces nos pasa de sentirnos solos estando en compañía de otros, pero porque tenemos una revolución en nuestro interior que no nos deja disfrutar de lo que nos rodea.
Luego debemos seguir la secuencia para obtener la tranquilidad propia que nos permita estar bien y en paz ya sea solos o acompañados, debemos analizar si quien está con nosotros favorece o agrava nuestro estado de sensación de soledad y tomar la medidas que nos permiten llegar al estado que deseamos.
"Solía pensar que la peor cosa en la vida era terminar solo. No lo es. Lo peor de la vida es terminar con alguien que te hace sentir solo" – Robin Williams
Estas medidas pueden ser preferir una soledad de hecho, por elección y representada en la realidad o buscar las maneras de disminuir las distancias, de producir acercamientos, de sentirse en la vida del otro y sentir al otro de manera activa en nuestras vidas. Cualquiera de las dos opciones nos llevará a estar de frente con la realidad que queremos y nos aliviará los malestares de la soledad impuesta.